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sábado, 6 de abril de 2013

Más Fuerte Que El Odio

El perdón no es una varita mágica. Existe un querer perdonar y un poder perdonar: a veces se quiere perdonar pero no se puede. Cuando se puede, cuando por fin la cabeza y el corazón terminan poniéndose de acuerdo, queda el recuerdo, esas cosas dolorosas que suben a la superficie, que perturban y reavivan el odio. Es el perdón de la memoria. No es precisamente el más sencillo. Exige mucho tiempo.