"Mi única respuesta fue entrelazar mis dedos con los suyos y atraerlo hacia mí. Le devolví el beso con descaro impenitente, codicioso e insensato, sintiendo cómo su toque me aflojaba las articulaciones, me derretía en lugares cuya existencia ignoraba. Cómo me desmoronaba beso a beso y me hacía perder el control y me arrojaba a un caldero de pasión oscura y provocadora en el que sólo estábamos él y yo. Hasta que nuestros cuerpos fueron sólo uno."
Este es el último párrafo de uno de mis libros preferidos, cuando lo leí supe que algún día lo pondría en mi blog. Hoy me he decidido, aunque debería haber estado hace algún tiempo.
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