En esta entrada me quiero poner un poco seria porque quiero hablar de un tema que hemos estado tratando en mi clase de psicología, el abuso.
Hay distintos tipos de abuso pero en concreto me refiero a ese que ejercen los padres sobre sus propios hijos...si, es vergonzoso, pero por desgracia existe y tenemos que convivir con ello.
Mis profesores nos dicen que tenemos que aprender a sobrellevar todo esto ya que nos encontraremos con cosas muy duras a lo largo de nuestra carrera y de nuestra vida profesional. Pero a pesar de todo aun me entran escalofríos al imaginar algo tan cruel, algo tan inconcebible.
Mi profesor nos hace ponernos en la tesitura de esos niños que sufren de este abuso, de la culpabilidad que ellos sienten cuando se dan cuenta de lo que ocurre en su casa. Si, culpabilidad. Culpabilidad porque a pesar de ser una situación fuera de lugar, ellos sienten placer...y por eso mismo se sienten culpables. Para entender esto mi profesor nos hace la siguiente pregunta: ¿Qué os pasa si os tocáis el clítoris?. Pues bien la respuesta es que sentimos placer, pero lo normal es que lo sientas en un momento o de privacidad contigo mismo o con una persona con la que tengas algún tipo de relación pero no parental. Y es que imaginar el hecho de que tu padre, tu propio padre, haga eso hace que se me revuelva el estomago. Asique por favor, si conocéis a alguien que tenga este problema, o vosotros mismo habéis vivido algo así, decidlo. No tiene por qué ser vuestro padre, también un abuelo, tío, primo...o alguna otra persona de vuestro alrededor. Decídselo a alguien, no tengáis miedo. Es el único modo de poder acabar con la situación. Y sobre todo nunca, nunca, os sintáis culpables.
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