Buenas tarde a todos y todas.
Es un gran honor para mí tomar la palabra en nombre de todos
mis compañeros graduados en este día tan especial. Un día que marca el fin y el
inicio de una etapa crucial en nuestras vidas. En días como este, tenemos
sentimientos encontrados, una alegría enorme por haber conseguido una meta
personal pero a la vez muchas dudas y expectativas de lo que ocurrirá de ahora
en adelante. A partir de este momento cada uno seguirá su camino, algunos de
estos caminos casualmente serán los mismos, pero muchos de nosotros nos
separaremos, unos nos iremos, otros nos quedaremos, pero siempre tendremos un
nexo común.
Atrás quedan muchos recuerdos, recuerdos que nos han
acompañado por el resto de nuestras vidas. Al rememorarlos podemos descubrir
cuanto hemos cambiado en estos años y cuanto hemos aprendido, de como todo lo
vivido aquí ha ayudado a hacernos no solo buenos estudiantes sino también como
ha contribuido a que nos hagamos mejores personas.
Algunos han encontrado entre los pasillos el amor, otros se
han ganado el respeto de sus compañeros, otros han encontrado ese amigo o amiga
para toda la vida, pero definitivamente todos y cada uno de nosotros hemos
dejado huella, no solo en el instituto sino también en los demás.
En definitiva, hay recuerdos en cada esquina de nuestro
centro, algunos bueno, otros no tanto, pero que forman parte de nuestras vidas
ahora.
No se puede dar un discurso de este tipo sin mostrar nuestro
agradecimiento a algunas personas de manera especial. En primer lugar a todos
los que han contribuido y han estado a nuestro lado apoyándonos en esta etapa
de aprendizaje. A nuestras familias por su apoyo constante y su confianza en
nosotros. A nuestros amigos por sus consejos en los momentos de crisis. A
nuestros profesores, en todas y cada uno de sus variantes, que en muchos casos
han sido casi como los padres del instituto, dándonos consejos como si de sus
propios hijos se tratase. A aquellos profesores pacientes preocupados por el
aprendizaje de todos, gracias porque mientras íbamos haciéndonos más
responsables e independientes nos dieron su apoyo; a aquellos profesores menos
pacientes: gracias por aguantarnos y enseñarnos a pesar de las dificultades.
Espero que en un futuro cada uno de nosotros evoque esta
etapa de su vida con una sonrisa, porque donde quiera que vayamos siempre
llevaremos dentro el recuerdo del IES ATENEA, que no nos abandonará nunca.
Deseo que seáis muy afortunados en vuestro futuro que
empieza hoy, y que siempre elijáis bien los caminos que queráis seguir, que no
os de miedo caer, que no os de miedo
fallar, porque siempre se puede volver a empezar y volver a intentarlo. Sed
constantes y perseverantes y lo conseguiréis.
Buena suerte a todos. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario